Pero no puede ser. Que no. Este niñato no puede ocupar mi mente.
Justo entonces por la puerta aparece Marcos.
-Lo siento. Natalia. Perdoname.
-Otro... ¡Dejame! No quiero saber de tíos durante un tiempo. ¿No te has divertido suficiente?
-O me perdonas y vuelves conmigo, o te juro que te vas a acabar arrepintiendo.
-Mira, tu a mi no me amenazas. Gilipollas.
Me di media vuelta y me fui. En diez minutos llegué a mi casa.
Sara me abrazó.
Iba feliz. O intentaba parecerlo.
Se tiene que ir
a su casa... jo. He intentado que se quede pero es que la verdad
que no se como ha aguantado tanto tiempo sin playa. Ama la playa. Bueno,
me despedí de ella y fue mi hermano quien la llevó en moto hasta la
estación.
Estaba yo tan feliz en mi cama cuando llegó Hugo.
-Joder. ¿Que has hecho?
-Nada.
-Digo con Marcos.
-Que a ti te importe nada.
-Cuando miré hacia atrás estabais hablando.
-Nada, joder.
-Mira, no quiero que te acerques a esa familia. Por favor.
-No mandas de mi. Además, ¿No decías que no me ibas a proteger mas? Vete.
-No lo entiendes. Ese niño, y su familia. Joder, son capaces de todo.
-Pues no, no lo entiendo.
-¡Que su padre es un puto traficante de drogas, y por eso tienen tanto dinero!
Cuando me dijo eso enseguida me paralicé.
Marcos seria hasta capaz de matar solo por hacerme daño, joder, no, no puede ser. Lo que me faltaba...
He metido en líos a mi familia. Por tonta.
Es que Natalia, hija mía, eres tonta. TONTA. El premio a la subnormal de turno es para ti.
Solo para ti.
Me cago en la hostia. ¿Me puedo morir? Osea, me dijo que me arrepentiría. ¿Que me va a hacer? ¿Y si se lo hace a alguien de mi familia? Joder.
Sin darme cuenta los ojos se me llenaron de lágrimas. Hugo lo debió notar, así que me abrazó.
-Tranquila, pequeña, no voy a dejar que te pase nada.
Levanté la mirada, y le miré a los ojos.
-¿Que has dicho?
-Que... quiera o no eres mi hermanastra. Y no voy a dejar que a nadie de mi familia le pase nada.
Puse mi cabeza en su hombro.
Espera. Espera. ¿Nos estábamos abrazando?
No. Ya. Quitad esta cámara oculta que ya no tiene gracia...
Justo entonces entra mi padre por la puerta. Enseguida nos separamos.
-Me acaba de llamar tu hermano me ha dicho que ya se ha ido Sara, en media hora está aquí. Vete preparando que nos vamos a comer fuera.
-Vale.
Me cogí algo de ropa y me fui al baño.
Me cambié. Entonces entró Hugo en el baño.
-Por favor, olvida lo de antes. Yo nunca te he abrazado.
-Si, lo has hecho. ¿Que tiene de malo?
-Te odio.
-Y yo a ti campeón. -Le guiñé un ojo. Le di una cachetada en la cara y me fui.
Al salir me encontré con mi padre.
Tenia los ojos lagrimosos. Nunca le había visto así.
Entonces con apenas un hilo de voz me lo dijo.
-Dime que te has enterado... -Tenia lágrimas en los ojos. ¿Que pasa?
-¿El que?
-Tu... hermano...
-¿Que ha pasado? Joder. ¿Donde está? No por favor, papá dime que no.
-Ya había dejado a Sara... y el volvía... entonces un camión...
Noté como se derrumbaba. Ya no podía mas. Y le abracé. Los dos nos derrumbamos.